La industria de la construcción en América Latina atraviesa un periodo de expansión continua, impulsado por programas de inversión pública y privada en infraestructura y vivienda. De acuerdo con estimaciones de Mordor Intelligence, el mercado regional —valorado en más de 710 mil millones de dólares— crecería a un ritmo anual cercano al 5%, para superar los 900 mil millones en 2029.
Este dinamismo, sin embargo, trae consigo nuevos desafíos. El concreto, uno de los insumos más críticos en obra, exige cadenas de suministro sin margen de error: cualquier retraso en su entrega o falla en el fraguado puede derivar en sobrecostos y retrasos. En este contexto, la modernización logística se perfila como un punto neurálgico para sostener el crecimiento proyectado.
Tecnologías en la obra
Especialistas apuntan a que la digitalización y el uso de herramientas inteligentes están cambiando la manera en que se planifica y ejecuta la logística de materiales. La llamada Inteligencia Artificial de Procesos combina analítica avanzada, automatización y modelos predictivos, con el objetivo de optimizar rutas, coordinar recursos en tiempo real y mejorar la trazabilidad.
De acuerdo con voces del sector, su implementación permitiría reducir tiempos de espera, elevar la productividad y aportar a la sustentabilidad en la cadena de suministro. La incorporación de sensores en obra, por ejemplo, ofrece la posibilidad de monitorear eventos críticos en tiempo real y reaccionar de manera inmediata ante disrupciones como el tráfico o fenómenos climáticos.
Inversión y demanda regional
Los montos proyectados de inversión confirman la magnitud de la oportunidad. En Brasil, la Asociación Brasileña de Infraestructura y Industrias Básicas (ABDIB) anticipa más de 62 mil millones de dólares en desembolsos hacia 2030, enfocados en transporte, saneamiento y urbanización. México, por su parte, busca elevar la inversión en construcción al 6% del PIB con proyectos prioritarios en energía, agua y conectividad. Colombia estima un crecimiento anual de 6.6% entre 2025 y 2034, apalancado por asociaciones público-privadas en salud, educación y vivienda.
Un cambio estructural
La pandemia aceleró la necesidad de revisar modelos tradicionales de operación y evidenció las limitaciones de la logística convencional. Hoy, incorporar inteligencia operativa a la cadena de suministro del concreto es visto por diversos actores del sector como un requerimiento estructural más que como un avance incremental.
En un escenario en el que la región busca cerrar brechas de infraestructura y responder a la presión de la urbanización, la adopción de herramientas inteligentes en la logística constructiva se perfila como un diferenciador. No solo en términos de eficiencia operativa, sino también como condición para lograr proyectos más sustentables, resilientes y alineados con las exigencias del desarrollo regional.